28 agosto, 2006

El genio analítico, la imaginación, la ficción y la realidad.

Buscando info para leer y/o releer sobre Edgar Poe en internet encontré el comic: "The League of Extraordinary Gentlemen" (comic de Allan Moore editado por DC comics y sobre el cual se basara la película de Stephen Norrington de 2003) y me enteré que en uno de los capítulos de este comic la liga requiere los servicios del detective C. Auguste Dupin para descubrir y capturar a Mr. Hyde (Dr Jekyll)... imposible que no volara mi imaginación... automáticamente pensé:

C. Auguste Dupin, el detective de la literatura que prefigurara a todos los restantes e incluso a Sherlock Holmes (que no es mas que una copia de éste) tras las pistas de Mr. Hide, descubriendo que es el Dr. Jekill... las invenciones de Edgar Poe y Robert L. Stevenson conjugadas en una misma historia... dios mio...!!!Cuando en el 2003 se estrenó la película fuí corriendo a verla, sin embargo me llevé una desilución, porque no es buena, hoy además sé que no incluye en su trama al aquetípico detective de Edgar Poe.

Pensé después en Auguste Dupin investigando los crímenes de "Jack the Ripper" o un asesinato como el de JFK... recordé entonces haber leído alguna vez de un periodista argentino una nota donde mencionaba lo bueno que sería contar con Auguste Dupin (es decir a Edgar Poe) para resolver el crimen de María Marta García Belsunce. Aquí entonces copio un extracto de esa nota para quien quiera asombrarse e imaginar:

[...]
En agosto de 1841 apareció flotando sobre el río Hudson el cadáver de Mary Cecilia Rogers. La chica trabajaba en una tabaquería de Nueva York. Algunos diarios y revistas de la época aseguraron que se trataba de un crimen pasional; otros lo atribuyeron al feroz ataque de una pandilla de delincuentes. Lo cierto es que después de un año de meticulosas investigaciones, la policía no había logrado descubrir al asesino.

Edgar Poe consideró que era un excelente caso para que resolviera C. Auguste Dupin, el detective amateur que por esos días había creado. Así nació "El misterio de Marie Roget", cuento que publicó en la revista Ladies' Companion en noviembre de 1842. El texto sólo presentaba dos cambios con respecto a la historia real: la víctima no trabajaba en una tabaquería sino en una perfumería y el cadáver no aparecía flotando en el Hudson sino en el Sena; como se recordará, Dupin vivía en París.

"El misterio de Marie Roget", revelaría Poe, "fue escrito lejos de la escena del asesinato y sin otros medios de investigación que los datos de los periódicos". A lo largo del relato, C. Auguste Dupin señalaba las pistas que había que seguir para llegar hasta el homicida de Marie Roget. Cuando por fin apresaron al asesino de Mary Cecilia Rogers observaron que éste había ejecutado el crimen tal como Edgar Poe lo anticipara en su cuento.

En tanto, el caso continúa sin resolverse y, para colmo, no contamos con Edgar Poe y su infalible C. Auguste Dupin. Acaso haya que volver a la otra variante del género: la novela negra. En las historias de Hammett o de Chandler poco importa la identidad del criminal, esos textos dan cuenta de una sociedad corrupta en donde el crimen es sólo una consecuencia lógica. Quizá nunca lleguemos a saber quién mató a María Marta García Belsunce y por qué la mataron, pero lo que ya resulta imposible de disimular es la hipocresía que salió a la luz no bien la familia de la víctima comenzó a borrar rastros y manchas de sangre.

[...]

Fuente: diario Clarin, Autor Vicente Battista,
ver nota completa.

2 comentarios:

xxx FroggieS xxx dijo...

Escuché varias veces hablar del caso. No dudo de la hipocrecía. No me interiorizaré más ni seré quien descubra al asesino (si eso fuera posible todavía). Lo que me resuena otra vez es: "la realidad otra vez, supera la ficción", ¿será?
Ya me marié.

jmslayer dijo...

El fin de semana pasado volví a ver esta película y me volvió a gustar y disgustar lo mismo. Yo disfruto enormemente al ver a los personajes "vivos" y juntos en acción en la pantalla, eso justificó de por sí que la viera nuevamente. Sigo expresando mi pena por la falta del personaje de Edgar Poe.