Duelo de pool en una noche negra como la bola 8
¡¡¡Bueeena booolaaaa!!! gritaba, cuando tiraba yo, el borracho que apoyado en la barra miraba cómo jugábamos con mi amigo al pool en el local de un chino llamado "Hugo", mientras un par de travestis consultaban internet y unos pibes ponían cumbia villera en la fonola, todo el tiempo. Cri, cri, cri... sólo se escuchaba cuando tiraba mi amigo, y el ruido de las bolas chocar entre sí sobre la cumbia que rompía los parlantes y el sano juicio, el borracho apoyado en la barra ponía cara de bronca. Afuera la avenida, que de día es una de las principales arterias de la capital, era un río seco bañado por las luces de bronce de los faroles en la noche. "Se ve que mi amigo le cae mal por los 34 tatuajes que tiene", pensé...
"Entro a ganador", dijo el ilustre bebido mostrando ostensiblemente una ficha de pool en su mano, ésta de buena gana hubiera brillado con tino cinematográfico clase B, pero no, estaba hecha de latón... mi amigo y yo aceptamos.
Esa noche todas me salían y a mi amigo no (aunque él insista en su blog que no es usual que yo gane, la estadística o bien nos tiene empatados o bien lo tiene a él en ventaja por 1 jornada, a lo sumo con toda la furia de Zeus por 2 jornadas) y él estaba perdiendo abrumadoramente o para ser más práctico estaba perdiendo por 6 a 2, luego 7 a 2 y me tocó a mí entonces jugar con el ebrio personaje.
¡Abro y meto la bola negra en el primer tiro! ¡¡¡Sí!!! Meto la bola 8 en el primer tiro... rompiendo... Más de veinte años después de haber jugado por primera vez al pool meto la bola negra en la apertura de un partido y lo gano así como quien con violencia y desdén le pega un cachetazo con un guante blanco en el hocico a un perro Yorkshire Terrier. El pobre beodo no entendía un carajo.
¿¡Qué pasó después!? Después perdí, y me retiré, como corresponde, dejando el desempate latente para otra vez... ¡Qué bien jugaba el borracho!
¡¡¡Bueeena booolaaaa!!! gritaba, cuando tiraba yo, el borracho que apoyado en la barra miraba cómo jugábamos con mi amigo al pool en el local de un chino llamado "Hugo", mientras un par de travestis consultaban internet y unos pibes ponían cumbia villera en la fonola, todo el tiempo. Cri, cri, cri... sólo se escuchaba cuando tiraba mi amigo, y el ruido de las bolas chocar entre sí sobre la cumbia que rompía los parlantes y el sano juicio, el borracho apoyado en la barra ponía cara de bronca. Afuera la avenida, que de día es una de las principales arterias de la capital, era un río seco bañado por las luces de bronce de los faroles en la noche. "Se ve que mi amigo le cae mal por los 34 tatuajes que tiene", pensé...
"Entro a ganador", dijo el ilustre bebido mostrando ostensiblemente una ficha de pool en su mano, ésta de buena gana hubiera brillado con tino cinematográfico clase B, pero no, estaba hecha de latón... mi amigo y yo aceptamos.
Esa noche todas me salían y a mi amigo no (aunque él insista en su blog que no es usual que yo gane, la estadística o bien nos tiene empatados o bien lo tiene a él en ventaja por 1 jornada, a lo sumo con toda la furia de Zeus por 2 jornadas) y él estaba perdiendo abrumadoramente o para ser más práctico estaba perdiendo por 6 a 2, luego 7 a 2 y me tocó a mí entonces jugar con el ebrio personaje.
¡Abro y meto la bola negra en el primer tiro! ¡¡¡Sí!!! Meto la bola 8 en el primer tiro... rompiendo... Más de veinte años después de haber jugado por primera vez al pool meto la bola negra en la apertura de un partido y lo gano así como quien con violencia y desdén le pega un cachetazo con un guante blanco en el hocico a un perro Yorkshire Terrier. El pobre beodo no entendía un carajo.
¿¡Qué pasó después!? Después perdí, y me retiré, como corresponde, dejando el desempate latente para otra vez... ¡Qué bien jugaba el borracho!
7 comentarios:
Ud, amigo bloguero, también se equivoca... ya que no tengo 33 tatuajes, sino 34 (bahh, ya ni los cuento).
Si tenemos que hablar de madres (y no con ellas gracias al cielo) sería apropiado especificar que además de la paridad que tenemos en el pool está la paridad en cuanto a la hijaputez de las susodichas (aunque también en esto ellas vayan sobrepasándose hasta límites solo imaginables por el mismo Satán).
Entro a ganador!!! y (antes) me incorporo 3 Red Label con un disparo de soda (cada uno). Y si embocás la negra en el primer tiro, te rompo la botella en el marote, que es lo que debió hacer el señor.
Debe ser mi culpa por hacer post tan largos...
...porque la mala suerte (véase comentario de Chiribina) no me aquejó en absoluto sino todo lo contrario, para que se entienda, meter la bola 8 en la apertura de un partido es como hacer generala con un tiro único de los dados. En todo caso el que luchaba contra "las injusticias de la suerte" (muy linda la frase, gracias Chiribina, gracias Barón de Holbach) era el borracho.
Con respecto a que el borracho paladeó el dulce sabor de la victoria (véase comentario de Fer) esa noción no es correcta dado que ambos ganamos o para decirlo como corresponde: quedamos empatados. Con lo cual el borracho sólo alcanzó y con mucho esfuerzo a quedar a la misma altura en el marcador. Y digo esfuerzo porque debió valerse de muchos tiros para llegar a ganar el partido y no pudo ni por asomo ganarlo como hiciera yo, en un tiro solo...
Obviamente muchas gracias por pasar y leer a todos !
Igualmente, yo creo que el borracho todavía no sabe si realmente la bola 8 fue entronerada, alguien la saco de la mesa y se la escondió o, simplemente, es que el veía doble tantas bolas que le era oimposible percatarse si la negra estaba o no en la mesa.
Por eso yo no tomo! (en general)
Estimado amigo Fer, usted tiene razón ! donde dice "empate" debería decir "desempate"; y cada vez que lo leí lo leí mal... quizás lo que usted señala sea cierto, en una de esas los efluvios alcohólicos del borracho me nublaron la vista. Muchas gracias !
Igual que conste en actas que con el borracho quedamos empatados !
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